La conjura de los justos de Diego Tatián (Digital)

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Subtítulo: Borges y la ciudad de los hombres

Páginas: 160

Tatián escribe acompañado por Borges, por fragmentos que le llegan de sus variados libros y gestos para dictarle acaso una figura de lo político. No se dirá a continuación, sin embargo, qué podría ser lo político, como tampoco puede decirse qué quiere decir Borges sin más. Los ensayos van armando un prisma o un poliedro giratorio que refracta de distintas maneras las nociones de algo común, la comunidad, la polis, a la luz de las variaciones de una voz, unas ficciones, unas alegorías o unos restos biográficos en cierta escritura. El lector que crea conocer a Borges encontrará aquí algo diferente: un pensamiento sobre la ciudad, que es también un pensamiento sobre la lengua, que es también un pensamiento sobre lo que existe. Por otra parte, el aficionado a la filosofía política, que comparte su asombro por las buenas y malas disposiciones sociales del ser hablante con los viejos griegos, no encontrará discusiones especializadas -aunque algunas se aludan y se tengan en cuenta- sino una búsqueda donde la incertidumbre parece combatir con la fe en algo común. Cuando triunfa la incertidumbre, se impondría el reino del mal, la muerte o la matanza, o la simple prueba de la mortalidad del cuerpo que relativiza cualquier certeza. Cuando triunfa la fe, aparece la conjura. Porque la incertidumbre es solitaria, pero de allí, del análisis del mal, proviene la esperanza del bien.